Como sabéis la metodología Montessori aboga a estas edades por actividades individuales que fomenten la autonomía del niño y su concentración, y es lo que hacemos en clase; sin embargo ayer hicimos una actividad grupal de construcción de la torre rosa. Os cuento...
Repartí los 10 cubos que la forman para formarla entre todos de forma que salía al centro aquel niño o niña que tenía el cubo que tocaba colocar en ese momento.
Os sorprendería lo bien que lo hicieron, no sólo eran conscientes del cubo que tenían si no de cuáles tenían sus compañeros. Una verdadera pasada!
Cuando ya la teníamos formada...el "más difícil todavía..." les repartí las tarjetas de las 10 bases cuadradas correspondientes a cada uno de los 10 cubos y tuvieron que ir saliendo para ponerla debajo del cubo al que pertenecían.
La verdad es que aunque los identificaban bien, lo complicado era desmontar la torre hasta llegar a mi cubo sin que se cayera ninguno...
He de decir que hubo alguna duda o error pero también que esto no supuso ningún problema, ellos y yo sabemos que el error es la base de partida de nuevos aprendizajes por lo que no pasa nada, se habla, se comparan, se mide cuando hace falta...Y listo!
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